En 1852, Reus era, y lo seguiría siendo durante el resto del siglo XIX, la segunda población de Catalunya. Pasaba de los 20.000 habitantes. Había en la ciudad una considerable industria algodonera. La más importante era la Fabril Cotonera, de unos 600 obreros. Le seguían Canals, Pamies, Huguet y Cía, con 400 obreros; y la Sociedad Reusense, con 150, que por haber sido la primera en instalar una máquina de vapor, en 1843, era conocida como “Vapor Vell”. Junto a las industrias auxiliares y de otros ramos, empleaban unos 8.000 obreros. No eran sociedades familiares, sino anónimas, y pronto en Reus habría, como en Barcelona, una Bolsa de Valores, se promovería el ferrocarril y, en 1862, se fundaría el Banco de Reus. Además, todavía quedaban barrios enteros dedicados a la agricultura y multitud de artesanos, y la ciudad desempañaba su papel de capital comercial de la amplia comarca del Camp de Tarragona. Reus recordaba como en 1843 –el año en que se casaron los padres de Anton- se había pronunciado, al igual que Barcelona, contra el regente Espartero y, también al igual que Barcelona, fue bombardeada por el general Zurbano, que causó graves daños. Al frente de las tropas que defendieron Reus estaba el joven coronel Prim. El Bienio progresista, de 1854 a 1856, cuando Gaudí creció de dos a cuatro años, tuvo un amplio soporte en Reus. Las huelgas y revueltas eran frecuentes, pero no afectaron a la Fabril Cotonera, cuyos propietarios eran burgueses progresistas, que apoyaban a Mendizábal —el que había desamortizado los bienes eclesiásticos y los había vendido a bajísimo precio a los nuevos capitalistas— y financiaban al general Prim. En septiembre de 1854, la epidemia de cólera causó 354 muertos. Cuando Anton tenía ocho años, se celebraron intensamente las victorias en la Guerra de África (1859-1860). La más sonada fue la de Tetuán, el 7 de febrero de 1860, en la que el general Prim tuvo un papel protagonista. El entusiasmo patriótico fue extraordinario al recibir a los batallones que regresaban de Marruecos y, sobre todo, en la bienvenida al general Prim, el 14 de octubre, entronizado como héroe popular. En aquellos años, sólo estaba escolarizado el 15% de los niños de Reus, más o menos la mitad de ellos en escuelas privadas —como los hermanos varones Gaudí— y la mitad en escuelas públicas. Llegaba a Reus la prensa de Barcelona, de todos los matices, cuya decana era el “Diario de Barcelona”, de tendencia conservadora catalana. En Reus se publicaban el “Diario de Reus”, de carácter conservador, y “El Eco del Centro de Lectura”, revista literaria y científica que el gobierno suprimió en 1862 por difundir ideas democráticas. Además, se distribuían toda clase de libros, folletos y publicaciones con ideas de todo tipo. El Centro de Lectura era la institución intelectual más importante.