Ramon Parés i Vilasau

Nació en Barcelona el 11 de enero de 1882, en la calle Gombau, n. 5-7, 4.º de Barcelona. Era el tercer hijo de Josep y Maria Lluïsa y el hermano menor de Josep Maria y de Gil, éste último capellán custodio de la Sagrada Familia des de 1905 y gran amigo de Gaudí. Ramon se casó con Francesca Sallent i Casanovas, natural de Barcelona, en la parroquia de Sant Francesc de Paula. Por motivos laborales, se establecieron en Terrassa, siendo su último domicilio en aquella ciudad el núm. 29 de la calle de Sant Leopold. Tuvieron trece hijos, de los que vivían siete en agosto de 1936. A partir de Rosa, Ramon prometió a la Inmaculada que les pondría el nombre de María, para que estuvieran bajo su protección. Ramon y Paquita formaron un hogar cristiano, donde se rezaba cada día del Rosario, se vivía el Mes de María y los Primeros Viernes del Sagrado Corazón y se hacían anualmente ejercicios espirituales ignacianos. Además, Ramon era catequista y orador mariano a favor de la Inmaculada, pertenecía a la hermandad de Portants del Sant Crist de la iglesia (hoy catedral) del Sant Esperit y era congregante de María Inmaculada. Trabajaba como jefe de recursos humanos de Can Marcet y de Aymerich i Amat. Fundó y presidió el Círculo Tradicionalista –carlista, propugnador de un régimen monárquico de absolutismo teocrático- y fue directivo del Somatén, siéndole impuesta la Cruz de Caballero de 1.ª clase del Mérito Militar. Fue concejal carlista del Ayuntamiento de Terrassa (1909-1917). Ramon frecuentaba la Sagrada Família, en cuya casa rectoral vivían su hermano mosén Gil, su hermana Consol y su tía materna Maria Vilasau. Venía mucho su hija Rosa, que recibió la Primera Comunión de manos de su tío en la Cripta el día de la Virgen del Carmen de 1917. Al acercarse la fecha, Gaudí le dijo: -Si quieres hacer la Primera Comunión en la cripta del Templo, no has de llevar ni mantón ni corona, ni hacer ostentación de nada. Ella lo entendió muy bien y así se hizo. Recibió la Primera Comunión sola, al lado de sus padres, en los primeros bancos de la Cripta. Llevaba un velo blanco y un vestido blanco sólo hasta media pierna. Cuando, después, se fueron a hacer la fotografía, le pusieron una toca blanca en la cabeza. En 1920, Ramon, para descargar el trabajo de su esposa, envió a Rosa a la casa rectoral de la Sagrada Família, donde pasó largas temporadas hasta 1924, entre los 10 y los 14 años. Rosa jugaba con los hijos de los porteros, Gregoria y Andreu Alpiste, de edades parecidas. Don Anton, cuando los veía, se acercaba a ellos y les decía alguna cosa con ternura. La tía abuela Maria los reñía: “¡No estorbéis a don Anton!”. Pero él respondía: -¿No sabes que Nuestro Señor quería que los niños se acercaran a Él? A Rosa le llamaba la atención la procesión del Domingo de Ramos y el lavatorio de los pies de doce pobres el Jueves Santo. Pero lo que le impresionaba más era la asistencia de don Anton a los actos de la Semana Santa: su semblante y actitud devota y de hombre bueno. Un día llegó Ramon Parés a la Sagrada Família y comentó a su hermano: “¡Ay Gil! Paquita ya espera otro hijo. ¡Pobre!”. Gaudí, que estaba allí, le corrigió: “¡Qué pobre! Cuando Nuestro Señor da los hijos, Él sabe el porqué”. En 1924, Ramon se integró en la Unión Patriótica, el partido del dictador Primo de Rivera, y fue diputado provincial (1924-1925). Al morir Gaudí atropellado en 1926, la esposa de Ramon, Paquita, pidió a su hermana Consol una aguja de las que usaba el arquitecto para aguantar la ropa: “Dame un imperdible que llevaba don Anton, porque yo lo considero un santo”. A partir de entonces, al cotidiano rosario familiar añadieron un padrenuestro para don Anton. Ramon trataba de poner en práctica la Doctrina Social de la Iglesia, expresada en la “Rerum Novarum” de León XIII. Así, fundó y organizó la Cruz Roja de Terrassa, que presidió desde 1930. En las elecciones municipales de 1931, fue candidato del Comité Monárquico y perdió. Aquellas elecciones del 14 de abril de 1931 trajeron la proclamación de la II República. Ramon y su familia abandonaron Terrassa. Regresaron a Barcelona, a la calle de Bailén, 95-97, pral., 1.ª, entre Aragó y València, viajando cada día a Terrassa para trabajar. A pesar de ello, era voluntario del Hospital de la Cruz Roja de la calle Consell de Cent de Barcelona. El 6 de septiembre de 1933, falleció Paquita, hecho que Ramon aceptó con gran fortaleza espiritual. En julio de 1936, el partido político de Ramon, la Comunión Tradicionalista –el partido carlista- se sumó al alzamiento militar del general Franco, que fracasó en Catalunya. Comenzada la desdichada Guerra Civil Española, la mayoría de los miembros del partido carlista fueron rápidamente localizados y encarcelados, perdiendo la vida más de mil. Ramon fue denunciado por el comité de Sant Antoni-Casa Salvans. Fue detenido en su casa el 27 de agosto de 1936 y citado a declarar en Terrassa al día siguiente. Salieron la madrugada del 28, pero Ramon no llegaría. Fue tiroteado en la desviación de Can Viver (que lleva a la Torre Bonica) de la carretera de Sabadell a Terrassa. Dijo a sus asesinos: “Muero por mis ideales religiosos y patrióticos, por los cuales sucumbo, y que no pueden ser alcanzados por el plomo de vuestras balas; la España católica es inmortal”. Un testigo anónimo avisó a sus familiares y citó sus últimas palabras, que acabaron así: “Mis hijos lucharán por ella y la verán triunfante”. Fue enterrado en el cementerio de Terrassa. El 29 de octubre de 1939 se celebró en Terrassa un funeral por su alma y por la de su hijo Ramon Maria, desaparecido en la batalla del Ebro.

Josep Maria Tarragona, 16-I-2012
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Última actualización: 06/05/2016