Gil Esteve i Tomàs nació en Torà de Riubregós (comarca de la Segarra) en 1798. Se doctoró en la Universidad de Cervera y, ordenado sacerdote, fue vicario general de la diócesis de Barcelona (1831) y gobernador de la de Solsona (1846). En 1848 bendijo el primer ferrocarril de la península Ibérica, entre Barcelona y Mataró. Este acto simbólico denota su carácter y su mentalidad abierta. El mismo año fue nombrado obispo de San Juan de Puerto Rico. Allí redactó un nuevo plan de estudios del seminario, reconstruyó la catedral y varias parroquias y amplió el palacio episcopal. Regresó enfermo a la metrópoli y quedó al servicio de la Archidiócesis de Tarragona. Así, el 10 de septiembre de 1853 impartió el sacramento de la confirmación a los niños de la parroquia de Sant Pere de Reus, entre ellos Anton Gaudí. Fue nombrado obispo de Tarazona (1855-1857) y después de Tortosa (1857-1858), donde fundó el “Boletín Eclesiástico del Obispado” y reglamentó la vida del seminario. Murió al cabo de pocos meses. El papa Pío IX y la reina Isabel II le concedieron varias distinciones de la Santa Sede y de la monarquía hispana.