El 18 de mayo de 2012 se reunieron en la Sagrada Familia 615 cantores para cantar música de todas las épocas y estrenar una pieza compuesta especialmente para ser interpretada en la basílica gaudiniana por Bernat Vivancos. Como ha escrito Cori Casanovas, presentadora del acto, "Antoni Gaudí soñó ese día en el que por toda la basílica la música cantaría". En efecto, Gaudí estudió y diseñó cuidadosamente el proyecto acústico del templo de la Sagrada Familia. Lo que Gaudí no previó es la megafonía, que entonces no existía. Desde su dedicación por Benedicto XVI, la megafonía ha avanzado en un camino de mejora que, en cada gran ceremonia, avanza un paso. Referente a la acústica global, es la primera vez que se hace una prueba tal como Gaudí lo había previsto, convirtiendo el edificio un gran instrumento musical protagonizado por la voz humana, diferenciada en sus tres variantes: masculina, femenina y pueril. El arquitecto concibió la basílica para que se celebraran las grandes ceremonias del culto católico, en las que el canto humano -singularmente el canto gregoriano- es la base musical. El órgano es necesario sólo para sostenerlo, con estas masas corales de grandes proporciones. El 18 de mayo hubo 615 cantores, aproximadamente la tercera parte de los que caben. Pero, por primera vez, se distribuyeron separadamente, cada uno en el espacio previsto por Gaudí: los niños en los coros del presbiterio; las mujeres en el gineceo y los hombres en los laterales. Y el efecto fue espectacular: las voces de los tres diferentes coros cayendo de arriba y llenando de música la basílica. Esperamos que continúen las pruebas, con más cantores, y que cada vez salga mejor.