La verja del parque de la Ciutadella (1876)

Uno de los resultados del triunfo de la Revolución Gloriosa (en 1868, con el general Prim al frente) fue la demolición de la Ciudadela, que había construido el ingeniero Felipe Próspero de Werboom en 1715 para dominar militarmente la capital de Catalunya, una vez conquistado el país por el rey Felipe V. La gente respiró satisfecha con la demolición de la ominosa «Bastilla» de Barcelona, donde los Borbones españoles encarcelaban y eliminaban a sus enemigos. El vasto solar de poco más de treinta hectáreas fue cedido a la ciudad y destinado a jardines públicos, simbolizando la liberación de los súbditos, convertidos ahora en ciudadanos. El Ayuntamiento encargó el proyecto al maestro de obras Joseph Fontserè i Mestres, originario de Riudoms y protector del joven Gaudí, quien le ayudaba como delineante en su despacho. Gaudí iba a cumplir veinticuatro años cuando presentó el proyecto de la verja, el 30 de mayo de 1876, que firmaría Fontserè. Aquel año murieron su madre y su hermano, y se acabó la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), en que Gaudí, todavía estudiante de arquitectura, hizo su servicio militar. La cerca tiene un kilómetro de largo, ciento treinta y dos columnas de enlace y siete puertas: una a la calle de la Princesa, tres al paseo de Pujades y tres al paseo de Picasso. Cada columna de las puertas mide nueve metros de altura, con tres, auxiliares, de cuatro metros. Las tres puertas principales se iluminan con unos candelabros con grupos de seis llamas de gas con globos esféricos de cristal blanco (hoy electrificados). Llevan el escudo de Barcelona, coronado por el yelmo de guerra de Jaime I de Aragón el Conquistador, con su característico dragón alado, un símbolo que Gaudí utilizará muchas veces. Cada columna grande pesa 80 quintales, 25 las pequeñas, y 6 las de enlace. La fundición se hizo en la «Nueva Vulcano» y la construcción en los talleres de Marià Rifà i Rumeu. El coste total de la verja y las puertas fue de 250.000 pesetas. Eduard Támaro, consocio de Gaudí en «la Catalanista» y editor de “La Ilustració Catalana”, publicó el 20 de septiembre de 1880 un grabado de la verja del Parque y un elogioso comentario, donde resalta la paternidad de Gaudí: «La gran reixa que dona volta al Parque fou ideada pel conegut arquitecte Antoni Gaudí, imprimint especialmente á les portas un sello marcat de singularitat i elegancia.» También se refiere a la cerca “La Ilustración” del 26 de diciembre de 1880, editada por Luis Tasso y Serra, si bien por un motivo diferente: «No creáis que el amor haya desaparecido por completo de aquel sitio. Recorred el exterior del Parque á aquellas horas y veréis junto a la verja varias enamoradas parejas. Ellas, puestas en jarras, echan al ingrato galán sus indifelidades. Ellos, luciendo el honroso uniforme del cuerpo de artillería, hacen tiernas protestas y juramentos capaces de derretir los hierros del enverjado.» A principios de 1885, se completaron las puertas con las estatuas de la Industria y el Comercio (de Venanci Vallmitjana) y de la Agricultura y la Marina (de Agapit Vallmitjana). Las puertas del parque de la Ciutadella fueron durante el siglo XIX un motivo de atracción turística. Las colecciones de fotografías y las guías de Barcelona en diversas lenguas las reproducían y recomendaban visitarlas.

Josep Maria Tarragona, 22-II-2006
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Última actualización: 06/05/2016