La tribuna de la casa Calvet está llena de significados. La clave, situada sobre la puerta principal, tiene cuatro símbolos sobrepuestos: -Dos ramas de olivo cruzadas, que ofrecen la paz. -Las cuatro barras, que representan a Catalunya. -El ciprés, que plantado a la puerta de las masías simbolizaba la hospitalidad, expresando con el número árboles las camas disponibles en la casa. -La “C”, inicial de la familia propietaria. Según el profesor Bassegoda, como Eduard Calvet era muy aficionado a la micología, la barandilla de hierro forjado reproduce algunas setas: cresta de gallo (Clathrus cancellatus), múrgula (Morchella híbrida) y trompeta de los muertos (Craterellus cornucopioides). Las columnitas inspiran sus formas en las bobinas, los pernos y las cintas de fleje de la fábrica. Representan el trabajo. Sobre él se apoya la alegría, simbolizada por el ramo de flores del friso, que luce narcisos (Narcisus pseudonarcisus) y tagetes (Tagetes patula). A los dos lados, unos ramilletes de roble y de laurel podrían estar hablándonos de la nobleza, el éxito y la continuidad. El trabajo hecho con alegría da como fruto el bienestar, representado por dos cuernos repletos de peras y manzanas, más conocidos por el nombre de cornucopia. Se trata del cuerno de la mítica cabra Amaltea, donde estaban los frutos para alimentar al joven Zeus. Pero más importante que el dinero es el amor familiar; y así encontramos su símbolo en el punto más alto de la cúpula: dos tórtolas enamoradas.