Joan Gaudí era un comerciante nacido en el Reino de Francia, Obispado de Saint-Flour, en una población de nombre Saint Santin todavía no identificada. Era hijo legítimo de Antoni y de Joana. Fue uno más de la muy numerosa emigración occitana que en el siglo XVII recibió Catalunya. En 1631 ya vivía en Riudoms. Era la época de dos franciscanos de Riudoms muy conocidos: el venerable Pere Ortigues y el beato Bonaventura Gran. Joan Gaudí se casó el 26 de noviembre de 1634 con la vecina de Riudoms Maria Escura. Tuvieron varios hijos: Antoni (bautizado el 22 de diciembre de 1635); Anna Maria (bautizada el 11 de junio de 1637); un hijo cuya gestación no prosperó; y Joan (bautizado el 22 de enero de 1640), que fue el “hereu”. Maria Escura murió en una fecha no conocida y el 10 de junio de 1647 el viudo Joan Gaudí casó en segundas nupcias con la también vecina de Riudoms Caterina Esquer. Con su segunda mujer, el marchante occitano tuvo cuatro hijos: Maria (bautizada el 12 de agosto de 1648); Francesc (bautizado el 23 de abril de 1650); Joan (bautizado el 30 de abril de 1653); y Andreu (bautizado el 30 de noviembre de 1654). El historiador Joan Torres Domènech ha hallado un largo testamento de Joan Gaudí, escrito el 21 de abril de 1638, probablemente antes de partir a un largo viaje, peligroso por la situación general o bien relacionado con la misma. Los caminos de Catalunya estaban infestados por el bandolerismo; y la Monarquía Española, gobernada por el conde-duque de Olivares, estaba en pie de guerra contra Catalunya —que estallaría en junio de 1640— y en guerra abierta desde 1635 con el Reino de Francia, gobernado por el cardenal Richelieu, disputándose la hegemonía de Europa, que quedaría fijada a favor de éste último en la paz de Westfalia (1648). El testamento es en lengua catalana, con una caligrafía y una sintaxis perfectas, si bien con alguna palabra occitana que se le escapa; y acogiéndose al derecho civil catalán. De este documento de su propia mano, se pueden deducir algunas características de la personalidad del primer Gaudí, de lengua materna occitana, que de alguna manera se repetirán en el último de la saga: dejó su población de origen para buscar fortuna en otros horizontes; se catalanizó rápidamente, incluyendo el nombre y el apellido; su actividad se desarrollaba entre Riudoms y Reus; era una persona culta, acostumbrada a escribir y a los trámites jurídicos; era una persona responsable y meticulosa; era amante de la familia; era una persona audaz. Y era profundamente religioso: instituyó fundaciones piadosas con sus bienes en sufragio de su alma y de su familia y quiso morir con el hábito de san Francisco y ser enterrado en el convento de dicha orden en Riudoms (hoy desaparecido, muy cerca del Mas de la Calderera).