Antoni Gaudí era un arquitecto vanguardista e innovador, partidario de las modernas tecnologías. Por ejemplo, fue de los primeros en introducir la luz eléctrica en las catedrales, hasta entonces iluminadas solamente con cirios y lámparas de aceite. Lo hizo en la Seo de Mallorca, en cuya reforma trabajó durante años. Una de sus aportaciones a aquel majestuoso edificio gótico fueron diversos lampadarios eléctricos, que evitaban los frecuentes incendios provocados por los de cirios. Forjó dos para la capilla de la Inmaculada Concepción y dos para la capilla de san Sebastián, patrón de la ciudad, colgados cada uno de dos ménsulas. En ambas ménsulas de la izquierda se lee la palabra “Roma” y en las de la derecha dos cifras, diferentes en cada una de las dos capillas: 1854 en la de la Purísima, año de la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción por el papa Pío IX; y 285 en la de san Sebastián, año al que se atribuía el martirio del santo en la Ciudad Eterna.