Anton Gaudí tenía 57 años cuando construyó la maqueta de yeso de la fachada del Nacimiento, en 1910. En ella, determinó los grupos escultóricos que aún faltaban. El portal de la Caridad, el central, es recorrido por el rosario, cuyo último misterio, la coronación de María, culmina el portal. En el grupo escultórico diseñado por Gaudí, Jesucristo corona a su madre como modelo perfecto de caridad en presencia de san José. Al poner a su esposo en esta escena, el arquitecto mostraba su fe en la asunción de san José, siguiendo la opinión de muchos teólogos de su entorno, como el Dr. Torras i Bages, plenamente convencidos de esta verdad, la cual quizá algún día la Iglesia defina como dogma, completando así su catálogo. En aquella época, el último dogma de fe proclamado era la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1854 por el papa Pío IX. Los siguientes papas no habían definido todavía como dogma de fe ni la asunción de María ni la asunción de José. El primero fue proclamado veinticuatro años después de la muerte de Gauidí por Pío XII, el 1 de noviembre de 1950, y el segundo aún está pendiente. Antoni Gaudí quiso respetar y enfatizar la autoridad espiritual de los papas para definir los contenidos de la fe de la Iglesia católica. Representó en el pináculo del portal de la Fe el último dogma proclamado, la Inmaculada Concepción, y, en cambio, omitió la Asunción. Para celebrar esta verdad tan importante, de la que estaba convencido pero que los papas todavía no había definido -por lo que era aceptable para un buen católico tanto la opinión favorable como la contraria-, destinó la capilla principal del claustro, fuera de la basílica. El claustro la rodea como transición entre el espacio secular y el espacio sagrado, entre la calle y el templo, metáforas del mundo pagano y de la Iglesia católica.