El 13 de noviembre de 1880, la “Sociedad del Teatro y Casino de Reus” invitó a diversos arquitectos a hacer un proyecto para el nuevo teatro que se tenía que construir en la ciudad. El secretario de la Sociedad, Eduard Escriu i Folch, se dirigió a cinco arquitectos: el señor Blasco, de Reus; un desconocido de Tortosa; el señor Aimamí, de Barcelona; el señor Gaudí, natural de Reus residente en Barcelona; y el señor Montserrat, que vivía en Florencia. El trato era que si su proyecto no era elegido, le abonarían quinientas pesetas; y, si era aceptado, dos mil por todos los trabajos. Gaudí tenía entonces 28 años y contestó por escrito: “Favorecido de Vds. como a hijo de esa población para contribuir al embellecimiento de mi inolvidable ciudad natal, sólo siento que no sean mayores mis facultades al par que la cantidad de que se va a disponer, para hacer algo de lo que siente el pecho de cada uno de los hijos de la Reus esforzada”. Con la mención a la “Reus esforzada” Gaudí hacía referencia al título de ciudad concedido a Reus por Isabel II en 1843, que comportó añadir a su escudo una alegoría clásica del esfuerzo: la figura del héroe Hércules. Parece ser que el joven Gaudí, debido a los bajos honorarios, no hizo ningún proyecto. Finalmente, el 8 de abril de 1881 se presentaron los planos del nuevo teatro, el actual teatro Fortuny, que se inauguró el 16 de noviembre de 1882. Lo construyó el arquitecto Francesc Blanch i Pons, entonces residente en Reus, donde se casó con Àngela Cornet; y que más adelante sería el arquitecto provincial y diocesano de León.