El semisótano del palacio episcopal de Astorga se hizo durante el verano y el otoño de 1889. Como la cripta de la Sagrada Família y al igual que un castillo medieval, la cripta de Astorga está rodeada de un foso al que dan las ventanas góticas, abiertas en las paredes de sillería de piedra natural. Pero aquí Gaudí pudo hacer lo que no quiso o no pudo hacer en la cripta de la Sagrada Família para no desaprovechar lo ya construido por su antecesor Del Villar. Así, en la cripta de Astorga, las columnas son todas toscas e irregulares, de piedra sin tallar, cada una de forma y tamaño distintos, constituyendo un conjunto extraordinariamente raro y atractivo. A ello contribuyen también los capiteles, apenas unos esbozos al estilo griego arcaico. Dichos capiteles sostienen una hermosa sucesión de bóvedas y arcos de ladrillo, un juego increíble de estructuras mecánicas que sólo podía haber diseñado la imaginación y la capacidad técnica de Gaudí. Todo el sótano es una sola estancia, una gigantesca cueva de belleza impresionante, acrecentada por la penumbra que lo invade.