"Mañana hace un año, en Barcelona, tuve la alegría de dedicar la Basílica de la Sagrada Família, admirable suma de técnica, belleza y fe, que concibió el Siervo de Dios Antoni Gaudí, genial arquitecto", ha dicho Benedicto XVI en la alocución del Ángelus del domingo 6 de noviembre de 2011. En efecto, una de las impresiones que quedaron más grabadas a los asistentes a aquella ceremonia fue la cara de maravilla, sincera y fuera de si, de Josep Ratzinger al abrirse las puertas de la basílica y, tal como quería su arquitecto,contemplar al acto todo su interior, hasta el hiperboloide del ábside, como una manifestación de la unidad de Dios y de su Iglesia. El Santo Padre acabó su alocución a los peregrinos con un saludo en lengua catalana: "Bon diumenge!" Quizá no estaba al tanto de que hace apenas quince días, el 20 de octubre, la Conferencia Episcopal Española, "en su obligación de pastores de la Iglesia de orientar el discernimiento moral (...) desde los fundamentos prepolíticos del derecho",ha declarado inmoral la nación catalana.