La Sagrada Família crece hacia arriba. La estructura de las cinco torres centrales de Jesucristo y los cuatro evangelistas sube gracias a la grúa gigante que se acaba de instalar. Pero también crece hacia abajo. Junto a la entrada de la Cripta, se están finalizando los cimientos de la Sacristía del Oeste, igual a la que en el futuro irá en el ángulo Norte de la basílica, al otro lado del ábside. En la fotografía, se puede ver lo que queda del taller de Gaudí, el pequeño edificio provisional del chaflán donde gastaba sus horas de trabajo y donde los últimos meses de su vida vivía y dormía. Para hacer la sacristía, se ha tenido que cortar un trozo. Simbólicamente, esta Sacristía de Poniente representa el Otoño y sus témporas. Las témporas son las bendiciones de Dios en cada estación del ciclo anual de la vida, en las que se basa la previsión meteorológica tradicional de los países de raíces cristianas. El ciclo anual de alabanza de la Naturaleza a su Arquitecto, el Señor de la Vida, es repetido cada día por la Iglesia católica con su Liturgia de las Horas. Al Otoño, le corresponde la hora Sexta, hacia las 15 h., el origen etimológico de la palabra castellana "siesta". La Sacristía de Poniente, pues, es el Otoño y la hora litúrgica Sexta dentro del ciclo completo de alabanza de la Naturaleza y de la Iglesia católica a Dios, el cual da toda la vuelta exterior a la Basílica de la Sagrada Familia. Construir una de las sacristías es muy importante, porque existe el modelo de yeso que hizo personalmente Gaudí. Según este modelo, la planta es un cuadrado achaflanado de 17 x 17 m. En cambio, de las torres centrales no hizo ningún modelo; dejó dicho que la sacristía serviría de guía a los arquitectos que vendrían después para hacer las torres. La sacristía es un ensayo en pequeño de las torres.